Consejos para proteger los oídos del agua y evitar infecciones
Consejos para proteger los oídos del agua y evitar infecciones
El verano es sinónimo de calor, piscinas y playas, y con ello las temidas otitis externas (oído de nadador), infecciones o los molestos dolores de oídos relacionados con el agua.
El agua que se queda en el interior de los oídos al no poder salir, produce un ambiente húmedo que favorece el crecimiento de bacterias y hongos que dan lugar a infecciones y molestias auditivas.
En los más pequeños y en esta época del año no vamos a prohibirles el baño salvo en casos de infección severa. El remedio más popular para evitar que el agua entre en los oídos es el uso de tapones, tanto genéricos como hechos a medida para garantizarnos una buena adaptación.
Los tapones están indicados para personas que padecen otitis frecuentes, perforación timpánica o que cuentan con un drenaje en el tímpano. Sólo deben utilizarse en el momento del baño, después deben retirarse y secar bien la zona, ya que lo mejor para los oídos es “estar al aire”.
Para asegurarnos una protección total de la zona se pueden además utilizar unos apósitos especiales, como los que se pueden observar en la imagen superior. Se trata de unos apósitos transparentes adhesivos, hipoalergénicos a impermeables a líquidos desde el exterior que constituyen una barrera excelente contra la contaminación viral y bacteriana.
Estas medidas no están indicadas en caso de realizar submarinismo, ya que los tapones son efectivos hasta una profundidad máxima de 1.5 metros.
Recomendamos hacer baños cortos, nadando por la superficie y siempre secando bien la zona al salir con la toalla sin introducir nada en el oído.